Los dos humanos que le pararon dos penaltis al ‘10’

El segundo de Ivkovic, en Italia ’90. Fuente: sinborceguiesnohayfutbol.blogspot.com.

De las 19 penas máximas falladas por Diego Armando en su larga lista de partidos oficiales (por 90 aciertos), cinco fueron a la madera y dos directamente fuera. Pero, en otras 12, hubo un coprotagonista claro: el portero rival. Solo 10 guardametas ostentan el honor de haberle detenido un penalti a su majestad, el ‘Pibe de Oro’. Y, de entre ese ya de por sí selectísimo club, un par de ellos lo consiguieron por partida doble.

¿Quiénes son?

– Uno de ellos fue el croata (por entonces, yugoslavo) Tomislav Ivkovic, de amplia trayectoria en Portugal, que le paró ambos en la misma campaña (89-90) y en sendas tandas de penaltis para desempatar eliminatorias.

Tomislav Ivkovic. Fuente: @facciacalcio.

La primera tanda se dio en un cruce de Copa de la UEFA entre su Sporting lisboeta y el Napoli: se apostó 100 dólares con Maradona antes del lanzamiento (!), y se los ganó… La otra, al final de ese mismo curso, en el Yugoslavia-Argentina de cuartos de final del Mundial de Italia ’90 (foto que encabeza este post).

Para desgracia de Ivkovic, y pese a su proeza, en ambas ocasiones terminó clasificándose el bando del ’10’

– El otro es el malogrado Giuliano Giuliani, fallecido poco después de retirarse por culpa de la plaga del sida.

Giuliano Giuliani. Fuente: storiedicalcio.altervista.org.

Este portiere ganó con el Napoli de Maradona la Copa de la UEFA 88-89 y el Scudetto 89-90. Pero antes, el tranquilo pero solvente Giuliani había defendido la puerta del Hellas Verona, y aguó la fiesta de los once metros al mismísimo ‘D10s’ del fútbol en sendos partidos de la Serie A entre veroneses y napolitanos. Consumó el hito en menos de un año, con una pena máxima atajada en la 86-87 y otra en la 87-88. A Ivkovic le faltaban aún un par de años para igualar su récord.

Sin duda, la gesta contribuyó a que dejara de ser adversario… ¡y pasara a compañero!

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Eliminatorias en las que Diego gritó: ¡remontada!

Una de las más estimulantes sensaciones del mundo del deporte es esa de darle la vuelta a un marcador adverso en un cruce eliminatorio. ¡Remontada!: la adrenalina se traduce en éxtasis cuando el que se daba por muerto en el choque de ida termina reviviendo en la segunda parte. Y eso no sucede tan a menudo a lo largo de una carrera futbolística, se tienen que dar muchas condiciones. Empezando, claro, por disputar muchos duelos victoriosos a ida y vuelta. Y que el marcador no haya sonreído en los de apertura.

En concreto, nuestro Maradona fue copartícipe de seis remontadas en eliminatorias a doble partido y en competición oficial, todas ellas en Europa. Tal día como hoy pero hace 36 años, el 8 de febrero de 1984, llegó a la tercera, en octavos de final de la Copa del Rey 83-84.

Su FC Barcelona había caído por sorpresa en la ida en Alicante, en cancha del Hércules, un rival de Segunda División (2-1). Fue sin Diego, baja por rotación decidida por el técnico Menotti. Y unos días después, en aquella fría y ventosa noche en el Camp Nou, los azulgranas pusieron las cosas en su sitio con el 3-0 final, pero no lograron el primer gol hasta el minuto 70, obra de Schuster. Después Maradona –cruzando un centro a la red- y Quini redondearían el resultado, aunque los culés ya habían recibido desde mucho antes los pitidos del público. Sin embargo: ¡remontada!

Estos son todos los cruces a dos partidos que consiguieron remontar las escuadras maradonianas tras haber perdido el primero. Solo se cuentan aquellos en las que participó al menos en uno de los dos encuentros (y siempre jugó el segundo). Como curiosidad, Maradona marcó un gol en cinco de estas seis eliminatorias: en todas menos la última. En cuatro de ellas, la remontada se consumó en casa.

1) Curso 82-83, cuartos de final de Copa del Rey: Athletic de Bilbao-Barcelona (1-0, 0-3).

2) Curso 82-83, semifinales de Copa de la Liga: Atlético de Madrid-Barcelona (1-0, 2-5)

3) Curso 83-84, octavos de Copa del Rey: Hércules-Barcelona (2-1, 0-3)

4) Curso 87-88, octavos de Coppa Italia: Napoli-Fiorentina (2-3, 3-1)

5) Curso 88-89, cuartos de Copa de la UEFA: Juventus-Napoli (2-0, 0-3)

6) Curso 90-91, cuartos de Coppa Italia: Napoli-Bologna (0-1, 3-1)

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‘D10s’ y Boca: 13 años de paréntesis

Solo la magia puede explicar la increíble comunión del binomio Bombonera/Maradona, aunque el protagonista humano fuera mago. El arte del ‘10’ dejó de entrada una huella asombrosa en la institución de la Ribera, teniendo en cuenta que, en su primera etapa ‘bostera’, Diego Armando apenas lució la camiseta auriazul durante algo menos de un año (bien nutrido de partidos, eso sí: 69, un 40% de ellos amistosos). Debutó el 20 de febrero de 1981 (amistoso de presentación tras su histórico pase de Argentinos a Boca, precisamente un duelo entre ambos clubes) y no paró hasta otro 6 de febrero como hoy, en otro amistoso ¡contra River!, por la famosa Copa de Oro de Mar del Plata.

Entre esos dos hitos todo había sido una locura, claro. Boca y Maradona se necesitaban mutuamente, se querían desde antes. Los ‘xeneizes’ buscaban revalorizarse, tras dos temporadas sin títulos (y un 1980 especialmente pobre), que se zanjaron con el siempre recordado Campeonato Metropolitano de 1981, primer logro colectivo de ‘mayores’ para Maradona. Y, por supuesto, el joven Dieguito cumplió las expectativas, mezcló su mejor fútbol con golazos, liderazgo y magnetismo.

En ese año escaso, el ‘Pibe de Fiorito’ compitió también en el Campeonato Nacional ’81 y en un alucinante tropel de compromisos por varios continentes, que trataban de rentabilizar y sostener su fichaje. Después del 6 de febrero de 1982, la Selección de Menotti se lo llevó concentrado para el Mundial ’82, un encierro de cuatro meses como pocos se han visto.

Y, desde ahí, a ‘La mitad más uno’ le restaba inopinadamente una condena de 13 años, 7 meses y 24 días para que su mesías volviera a jugar con ellos. Porque poco antes de aquel Mundial ’82, Maradona fichó por el FC Barcelona, el club europeo que llevaba un lustro suspirando por su contratación.

La carrera del crack siguió por otros (también gloriosos) derroteros. Pero siempre añoró aquel ambiente de explosiva y gigantesca caja de bombones. Boca lo pasó peor. Tras la marcha del hombre que tan honda impronta colectiva dejó en un año, para el gigante porteño siguió una década casi entera penando por volver a ganar. Más en concreto, entre 1982 y 1988 fue incapaz de levantar un solo título, y llegó a estar al borde de la liquidación, y a jugar con números pintados a mano en la camiseta, que destiñeron…

Sí hubo un oasis tardío. En su también breve época en el Sevilla, el 14 de octubre de 1992, el ya veterano Diego pudo volver a jugar en La Bombonera con la camiseta de Boca, en un amistoso entre andaluces y argentinos en los que actuó un tiempo para cada equipo, ¡y marcó para sus compatriotas! Pero no fue más que una islita de irrealidad, una fiesta: seguía siendo sevillista.

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Por fin, el 30 de septiembre de 1995, aquel paréntesis casi oceánico que se inició el 6 de enero de 1982 se cerró en el estadio olímpico de Seúl (foto superior). Corea del Sur-Boca Juniors, nuevo amistoso de retorno del ídolo al fútbol tras su controvertida sanción por el positivo en el Mundial ‘94. Ahí lució por primera vez su famoso peinado de la franja amarilla, y una semana más tarde pudo volver a encabezar la fila boquense en la abarrotada Bombonera. Tras múltiples vivencias y batallas, Ulises pisaba Ítaca.

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El duelo récord de Maradona

El día más feliz de Nápoles (10-5-87), también contra la Fiore. Fuente: ilnapolista.it.

Antes incluso de que empezara el partido, la mera presencia de Maradona era un quebradero de cabeza para la escuadra contraria: ¿qué inventará el genio…? Repasemos la lista de los equipos que más veces sintieron ese desasosiego en partidos oficiales.

La sorpresa relativa es que el primero es la Fiorentina, precisamente el adversario contra el que el Napoli logró su primer y festejadísimo Scudetto (86-87). La squadra viola se enfrentó al ‘Pibe de Oro’ en 17 ocasiones (12 veces en la Serie A y otras 5 en Coppa Italia).

Este dato influye mucho en otras dos estadísticas que ya dimos aquí: la Fiorentina es también el conjunto que en más ocasiones perdió contra el rey de reyes, 10 derrotas, por cinco empates y dos triunfos morados. Y un jugador de la Fiore, el argentino Ramón Díaz, es también el hombre que más veces luchó contra el ‘10’ en encuentro oficial (19, seis de ellas actuando para los toscanos).

Justo por detrás, con 16 enfrentamientos, viene otro equipo italiano, el AC Milan, quizá máximo rival del ‘Pibe de Oro’ en su carrera. Aquí los números del cara a cara están mucho más equilibrados: cinco triunfos del Napoli maradoniano (se cuentan solo los partidos en los que él estuvo en cancha), otros tantos empates y seis victorias del Diavolo rossonero.

En el tercer peldaño, con 15 partidos contra Diego Armando, hay cuatro equipos, y entre ellos aparecen los primeros argentinos: Huracán y Vélez Sarsfield, al mismo nivel que los italianos Juventus y Sampdoria.

¿Alguien siente curiosidad por saber cuántos Maradona-River Plate hubo? Que no busque más: en choques oficiales se enfrentaron 12 veces, con seis victorias dieguiles, tres empates y tres triunfos ‘millonarios’. En cuanto a las selecciones nacionales, y solo en partidos de competición oficial, Brasil fue el rival por excelencia, con cinco choques frente al ’10’ entre los Mundiales (2), la Copa América (2) y el Mundialito 80-81 (1).

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‘Déjà vu’ dieguil: este partido lo jugué hace nada

Aquellos ’10’ de Napoli y Fiore. Fuente: cultofcalcio.com.

Hace exactamente 30 años, la rareza sucedió por sexta ocasión en la carrera maradoniana; pronto llegaría la séptima y última. Aquel 28 de enero de 1990, un Napoli vestido totalmente de blanco –con alguna franja azul en el pecho- visitaba el Comunale de Florencia para medirse a la Fiorentina del nuevo crack italiano, Roberto Baggio. Se impusieron los sureños por 0-1, gol de Fusi. Un domingo cualquiera en la Serie A.

Lo peculiar procede de cuatro días atrás, el miércoles 24 de enero de 1990. Porque un Napoli vestido de blanco también había visitado a la morada Fiorentina por la Coppa Italia, en concreto el último choque de la liguilla de cuartos de final. El resultado fue de 1-1 y clasificación para semifinales, con fascinante gol del ‘10’ (cayó al suelo, se levantó, viajó siguiendo la línea de media luna del área y soltó un efectivo chut cruzado, rastrero y muy colocado).

Es decir, en un puñado de días se había repetido consecutivamente el mismo duelo en dos competiciones diferentes, sin ningún otro encuentro oficial de por medio. No deja de ser un poco desconcertante para jugadores e hinchas, aunque estadísticamente es complicado que suceda demasiado a menudo. Sin embargo, al ‘Pibe de Oro’ le pasó siete veces en otros tantos años, todas en Europa, donde los torneos domésticos tienden a simultanear calendario.

Es verdad que este doble Fiorentina-Napoli fue curioso dentro de su propia peculiaridad: aunque la Fiore actuara como local en ambos choques, no se disputaron los dos en el Comunale. El de Coppa se había trasladado a Perugia, a unos 150 kilómetros de Florencia: el estadio titular viola terminaba obras de remodelación de cara al inminente Mundial de Italia ’90, y a veces el equipo se vio obligado a nomadear por este motivo.

Los otros casos puros de déjà vu (mismos equipos y mismos roles de local y visitante) son estos, siempre mezclando Liga y Copa:

– Otro doble Fiorentina-Napoli (6 y 10 de enero de 1988)

– Pisa-Napoli (1 y 5 de febrero de 1989).

– Napoli-Sampdoria (4 y 7 de junio de 1989).

Además, Diego Armando participó en otras tres repeticiones similares, siempre mezclando competiciones distintas. Pero las separamos porque fueron menos claras, ya que coincidían rivales pero no anfitriones:

– Athletic de Bilbao-Barcelona y Barça-Athletic (10 y 13 de abril de 1983).

– Napoli-Milan y Milan-Napoli (27 de febrero y 3 de marzo de 1985)

– Milan-Napoli y Napoli-Milan (11 y 14 de febrero de 1990, muy poco después de la descrita arriba)

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’10’ eterno del campeonato argentino

Seguro que a Dieguito le dio rabia, repleto de ganas, energía y fútbol como podía estar un adolescente. Pero, aquel 5 de diciembre de 1976, la temporada argentina de clubes estaba muy próxima a terminar.

El Campeonato Nacional consumía sus últimas fechas, un torneo que había visto el debut del ‘niño maravilla’ a los 15 años, y sus primeros goles apenas cumplidos los 16. Sin embargo, ni había descensos en aquella competición, ni casi posibilidades de que Argentinos Juniors se clasificase entre los dos primeros de su grupo y siguiera en liza.

Para lo que sí le valían al pibe aquellos partidos terminales de la campaña era para seguir rodándose, ganando en experiencia y galones entre los mayores. Y, en aquel anónimo 1-1 entre Argentinos y San Lorenzo (16ª jornada de las 18 de la liguilla), lo más importante que sucedió lo sabemos a posteriori. El joven mediapunta se hizo con el número 10 -aquel con el que se lo identifica universalmente- para el resto de sus días en la Primera División argentina.

Dos jornadas atrás, Maradona había partido desde el banquillo en la derrota en cancha de All Boys. En el partido anterior, ya fue titular contra Colón de Santa Fe, pero llevó el 11 de teórico extremo izquierdo. Frente a los de Almagro, en su noveno choque con el primer equipo, el 10 –que ya había lucido alguna otra vez antes- fue suyo definitivamente en su país. Jugaría otros 233 encuentros de Primera en Argentina, tanto con el Bicho Colorado como con Boca Juniors y Newell’s Old Boys, antes y después de su largo periplo europeo. Fue titular en todos ellos… y siempre con el 10.

En la Selección aún no había debutado, así que por supuesto que el doble dígito no era suyo aún; llegaría a jugar en la Copa América con el 6… En Barcelona, Napoli y Sevilla, suplencias al margen, casi siempre actuaría también con su número hermano, pero hay alguna excepción.

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Los arqueros más ‘vacunados’ por Diego

Alberto Vivalda.

Detengámonos hoy en la lista de guardametas que más veces tuvieron que rescatar de sus redes el balón disparado por el ‘Pelusa’. A quien peor le fue es al malogrado Alberto Pedro Vivalda, porteño nacido en 1956 y que encajó ocho tantos en siete duelos directos, cuando el cancerbero ocupó los palos de Chacarita y Racing.

Las crónicas describen a Vivalda como mucho más que un portero. Era volador, valiente y ganador, pero además pertenecía a la escuela del ‘Loco’ Gatti: salía a cortar centros a una mano, a jugar el balón fuera del área… Hay quienes están convencidos de que su paso por Millonarios de Bogotá (1982-85), donde coincidió con un jovencísimo ‘cafetero’ llamado René Higuita, influyó decisivamente en que el colombiano –hasta entonces un arquero ‘normal’- mutase en el aventurero que se hizo mundialmente famoso.

Además, Vivalda disputó más de 250 partidos en la Primera División argentina. Se inició en el River de los 70, pero no tenía sitio ante el ‘Pato’ Fillol (¡al que volveremos enseguida!) y buscó nuevos horizontes. Se midió contra Diego en sus citadas etapas en Chacarita Juniors (1976-78) y Racing de Avellaneda (1979-81), y después de Colombia siguió atajando (con menor presencia ya) en Unión de Santa Fe, Platense, Ferro Carril Oeste y de vuelta a River y Racing.

Su final fue tristísimo. Se retiró en 1990, y fue perdiendo la cordura, afectado por la separación de su mujer, la lejanía de sus hijos y los problemas económicos. Ingresó más de una vez en un psiquiátrico, y quiso que su vida terminara arrojándose al tren en 1994, con apenas 37 años.

Los segundos

En segunda posición, empatan cuatro porteros a siete disgustos maradonianos. Con el peor promedio, encabeza este miniclub Ubaldo Fillol, uno de los mejores guardametas sudamericanos de siempre, titularísimo de la Selección durante el Maradona de Argentinos Juniors y la primera época en Boca. El ‘Pato’ recibió siete goles en otros tantos partidos contra el ‘10’, y además cinco de ellos se concentraron en los cuatro Boca-River oficiales de 1981.

Los demás del ‘grupo de los siete encajados’ son los el italiano Giuliano Giuliani (que luego fue compañero de Diego en Nápoles) y el argentino Héctor ‘Chocolate’ Baley, ambos con siete goles en ocho enfrentamientos; y el también argentino Julio César Falcioni, que sufrió sus siete en nueve choques contra el crack. Volviendo a Giuliani, pudo haberle ido peor: en sus años en el Verona también le paró dos penaltis al ‘10’, uno de los dos humanos que lo lograron en la historia.

Giuliani y Maradona. Foto: storiedicalcio.altervista.org.

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Jugando ante 120.000… o 1.335

El Camp Nou, coloso barcelonés.

A la pregunta que nos hacemos hoy no hemos encontrado realmente respuesta. De los 633 partidos dieguiles de competición oficial que desmenuza ‘Maradona, obras completas’, ¿cuál se disputó ante más personas, y cuál ante menos? Precisarlo es complicado o imposible, porque en la época de jugador del ‘10’ (sobre todo, en los 70 y primeros 80) rara vez se recogía la afluencia concreta en los medios, sino más bien la recaudación, que depende de más factores.

Más gente: sin embargo, sí podemos deducir dónde están los dos extremos. Empezando por el de arriba, el ‘Pibe de Oro’ disputó dos temporadas en el FC Barcelona, poseedor del mayor estadio de Europa, el Camp Nou: tras su remodelación de cara al Mundial de España ’82, cabían allí 120.000 espectadores… algunas decenas de miles más que en cualquier otro estadio argentino donde hubiera jugado hasta entonces.

Las crónicas hablan de lleno hasta la bandera tres veces en la campaña 82-83 (dos de Liga y una de Copa de la Liga, esta contra el Real Madrid), y otra en la 83-84 (contra el Athletic, cuando la patada de Goikoetxea…). Concedámosles a todas el empate.

Por otro lado, en Río de Janeiro está el inmenso Maracaná, donde en tiempos entraban hasta 200.000 personas. Y Maradona actuó allí varias veces, sí… Pero de estas sí hemos encontrado datos concretos, y la vez que más cerca estuvo dicha cancha de la marca barcelonesa acudieron 118.458 hinchas (Brasil-Argentina, Copa América 1979). Incluso, sus míticas apariciones en el estadio Azteca del Mundial de México ’86 se quedaron en unos 114.500 espectadores.

Menos gente: miremos ahora para abajo. Aunque siga siendo complicado poner la mano en el fuego, parece difícil que en algún partido oficial maradoniano asistiera menos gente que en su quinta comparecencia como profesional. Se juntaron allí dos equipos con no mucho tirón por entonces, que además ya tenían poco que hacer clasificatoriamente hablando. Y, sobre todo, actuó un Dieguito de 16 años, lejos aún de sus interplanetarias cotas de popularidad.

¡Lo hemos repasado aquí!: fue el San Lorenzo de Mar del Plata-Argentinos Juniors del 14-11-76, al que el diario La Capital de la localidad sí atribuye una cifra concreta: apenas 1.335 asistentes… Los presentes tuvieron, eso sí, la histórica fortuna de presenciar los dos primeros goles de la carrera del ’10’. Su fama se multiplicó enseguida; es complicado encontrar menos gente.

Diego, con el 15, en aquel encuentro poco concurrido. Foto: Diario ‘La Capital’ (Mar del Plata).

No obstante, hay otro de los 633 partidos con menos gente mirando al ‘10’, y sorprende por el colosal escenario. Pero tiene trampa.

El caprichoso sorteo emparejó en primera ronda a dos de los favoritos para ganar la Copa de Europa 87-88, el Real Madrid de Butragueño y el Napoli de Maradona. Pero los merengues arrastraban una sanción por incidentes producidos en un choque de la anterior edición del torneo, y el castigo fue que el grandioso Santiago Bernabéu acogiera el fabuloso duelo… ¡sin público!

Aquel 16 de septiembre de 1987 sí hubo medio centenar de personas contemplando el tétrico espectáculo, pero todos eran miembros de las dos delegaciones o personal de seguridad y organización.

Dos genios fallan tres penaltis

Los cracks de Huracán y Argentinos: Houseman y Maradona.

Aquel Huracán-Argentinos Juniors del Campeonato Nacional de 1977 fue un partido inusual, empezando porque se jugó en miércoles, por lo apretujado del calendario. Terminó en empate, hubo goles (2-2) y el Bicho colorado remontó en los últimos seis minutos, ¡cuando ya le habían expulsado a dos jugadores…! Pero, sobre todo, un hecho inusual: los dos genios de la cancha se combinaron para marrar tres penaltis.

Diego Armando falló uno para los forasteros, y los otros dos el artista Houseman (algo así como un ‘preMaradona’), que además era uno de los grandes ídolos del joven ‘10’. Desde que el argentino Martín Palermo desperdició él solito tres penas máximas en el mismo partido contra Colombia (Copa América 1999), toda comparación parece quedarse corta. ¡Pero lo de aquel choque entre el ‘Globo’ y el ‘Bicho’ tampoco es habitual!

Diego Armando, de 17 añitos recién cumplidos, había nacido como lanzador de ‘penales’ apenas una semana antes. El 23 de noviembre de 1977 marcó el primero de su vida en partidos oficiales, contra Unión de Santa Fe. El segundo también fue dentro, el domingo 27 ante Atlético Ledesma. Y en el tercer chut desde once metros de aquella tarde en El Palacio de Parque Patricios, sede de Huracán, el portero local Héctor ‘Chocolate’ Baley le detuvo el intento a los 16 minutos, aún con el 0-0.

Siguió el combate, con dos goles del ‘Loco’ Houseman que pusieron en ventaja a Huracán (minutos 25 y 35, 2-0). Pero aún restaban muchas emociones. Tras el descanso, Munutti, arquero de Argentinos, le paró el primer penalti al ídolo de Huracán (minuto 49). Jorge Orlando López descontó para la visita (84, 2-1). Houseman, que pudo haberse convertido en cuatrigoleador, mandó su segunda pena máxima al travesaño (85). Y a dos del final, Carlos Fren enchufó desde el área chica en un córner (2-2).

Solo cabe añadir: ¡viva el fútbol!

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Barbas por todas partes

Maradona intentó que lo fichara el Napoli, pero nunca consiguió jugar con su compatriota Juan Barbas, salvo en la Selección. Era una ilusión para él. Cuando el victorioso Mundial Sub-20 de Japón ’79, donde compartieron habitación en la concentración, los dos pibes labraron una gran amistad. Después formaron parte de la Albiceleste de mayores, incluso en el Mundial ’82. Pero, fuera de ahí, no coincidieron en clubes.

Barbitas, como le llamaba el genio, habría ayudado mucho al Napoli, como a cualquier equipo. Era un centrocampista o lateral fantástico, completo: bueno técnicamente, jugaba y trabajaba en cualquier sector del campo, y además tenía bastante gol por su gran disparo. Durante las temporadas 82-83 y 83-84, cuando militaba en el Zaragoza, la revista Don Balón le escogió mejor extranjero de la Liga española, ¡coincidiendo con los años de Maradona en el Barça! (es verdad que el ‘Pibe de Oro’ solo jugó realmente ‘dos medias temporadas’, por culpa de una enfermedad y de Goikoetxea…).

La curiosidad viene por otro lado. Diego Armando se ha enfrentado a cientos de jugadores, pero el único que ha tenido como adversario en las tres ligas nacionales que disputó es precisamente a Barbas. Primero compitieron en el campeonato argentino, cuando Maradona defendió a Argentinos Juniors y Boca Juniors, y Barbas a Racing de Avellaneda; después coincidieron en España (Barcelona vs. Zaragoza); y por último en Italia, pues durante los años napolitanos del crack, Barbitas defendía al Lecce…

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