La tarde de los tres Maradonas

Lalo, Hugo y Diego. Foto: Granada CF.

El 50º aniversario del club saudí Al-Ahli no fue el único amistoso bizarro disputado por el ‘Pelusa’ durante aquel parón de la Serie A italiana 87-88, correspondiente al fin de semana del 15 de noviembre de 1987. Dos días más tarde, el martes 17, se acercó al sur de España, concretamente a la bella Granada. Allí se vistió con la zamarra rojiblanca del conjunto local y contribuyó a una foto insólita: los tres hermanos Maradona dedicados al fútbol (Diego, Hugo y Lalo) jugando juntos en el mismo equipo. Había algún precedente de carácter benéfico, pero este fue el partido de mayor rango en que sucedió.

El Granada acababa de subir a Segunda División, y buscó un golpe de efecto incorporando el talismánico apellido a su plantel. Fichó al mediano: Raúl, alias Lalo, delantero de casi 21 años que terminó no solucionando nada (2 goles en 19 partidos, vuelta del conjunto nazarí a 2ª B). Y, como parte de la operación, Diego Armando jugó gratis aquel amistoso contra el Malmö sueco, así como también participó el menor, Hugo, entonces en el Ascoli italiano.

El estadio de Los Cármenes no se llenó, pero la expectación fue grandiosa. Los neomaradonizados andaluces vencieron por 3-2, con golazo de falta del ‘Pibe de Oro’, que también sufrió un entradón –por suerte, sin consecuencias-. Lalo, que lució el 10 (Diego llevó el 9), también marcó, pero Hugo destacó más. Los padres de los chicos, sus novias y varios acompañantes más también se presentaron en Granada.

Cabe preguntarse, ¿qué fue de los otros dos Maradona? Ser hermanos de ‘D10s’ fue demasiado para ellos, en eso no lo tuvieron fácil:

– Hugo Maradona (nacido en 1969, 8 años menor que Diego) era también mediapunta pero … ¡diestro! Tuvo una carrera larga de perfecto nómada, que le llevó a futbolear en once equipos de siete países, entre ellos España (dos campañas en el Rayo Vallecano), aunque donde realmente destacó fue en Japón. No estuvo tan mal.

– Lalo Maradona (1966) fue quien menos sobresalió. Trotamundos intercontinental como Hugo, donde más acomodo encontró fue en el fútbol norteamericano, incluso el jugado en instalaciones indoor (!). Cuando el partido de Granada, Diego Armando dijo de él que tenía mejor técnica que la suya. Puede que se estuviera aguantando la risa.

P.D. La enciclopedia ‘Maradona, obras completas’ recoge un sinfín de pasajes y datos acerca de la carrera del ‘10’, como los que acabas de leer. Si te interesa hacerte con una o ayudar a que exista, escríbenos:

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Corona mexicana en París

Las proezas maradonianas en el Mundial de México 1986 siguen retumbando hoy, así que imaginémonos ese mismo año. Lo raro es que el reconocimiento oficial tarde a veces tanto. Igual que la Albiceleste recibió la dorada Copa del Mundo nada más terminó la final contra Alemania Federal (lo lógico), el superhéroe de aquella selección tuvo que esperar para su corona individual. Pasaron más de cuatro meses hasta que Diego Armando recibió físicamente el premio al indiscutible e indiscutido mejor jugador de la edición planetaria.

Aquel 13 de noviembre de 1986, jueves, la revista France Football montó la fiesta en el Lido de París, el cabaret más exclusivo de la capital gala. Dentro construyó una especie de miniestadio para recibir a los más destacados del ya medio lejano Mundial, entre ellos el Balón de Oro, el MVP del torneo.

Podemos decir que no hubo sorpresas: Maradona cosechó 2.564 puntos, y sus seguidores más próximos fueron el portero alemán Schumacher, con 344, y el delantero danés Elkjaer-Larsen, con 236…

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Al trofeo le esperaba un triste destino: años después: fue robado en un sonado asalto al Banco de Nápoles (1989) y fundido para transformarlo en lingotes… Sin embargo, ahí queda en el palmarés.

Recordemos, por otro lado, que se trataba del ‘otro Balón de Oro’, el mundialista. El Balón de Oro más habitual, que distingue al mejor jugador de la temporada y también otorga France Football, nunca fue ganado por Maradona. Se debe a que, hasta 1995, no podían optar a él los nacidos fuera del Viejo Continente, aunque jugaran allí.

Consciente de la injusticia cometida con muchos, y particularmente con el ‘10’, la revista le premió con un trofeo honorífico ese mismo 1995. Incluso, en 2015 publicó un estudio donde afirmaba que, sin restricciones ‘xenófobas’, Diego Armando debería haberlo ganado en 1986 y 1990, coincidiendo con los Mundiales de México e Italia, en vez del soviético Belanov y el alemán Matthaus, respectivamente.

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San Paolox136

Días de gloria en el coliseo partenopeo.

Pues sí, llegó el momento de revisar la parte de arriba de la lista de los 115 estadios en los que jugó Diego Armando. Hace un par de días lanzábamos la pregunta de cuál sería el más veces pisado por las botas mágicas, y la respuesta es facilísima: el San Paolo de Nápoles, con 136 partidos oficiales (21,5% del total). En la SSC Napoli vivió precisamente su época más estable: fueron siete temporadas consecutivas en la misma escuadra (84-85 a 90-91), y eso pesa mucho.

– Curiosidad relacionada: en 5 de esos 136 partidos en el coliseo napolitano, Maradona no fue local. Se debe, por un lado, a un par de partidos de Coppa Italia en los que los adversarios, de muy inferior categoría, procedían de ciudades cercanas y decidieron trasladar su partido casero a Nápoles. El motivo estaba claro: juntar más gente y hacer más caja. Hablamos de los duelos coperos contra la Casertana (84-85) y la Salernitana (85-86), ambas escuadras de Tercera División.

Los otros tres partidos donde San Paolo no fue (teóricamente) feudo maradoniano se dieron en el Mundial de Italia ‘90, pues Argentina disputó allí dos de los duelos de su liguilla inicial (contra la URSS y Rumanía) y la semifinal… ¡contra Italia!

Ahora bien, se supone que el par de choques de primera ronda eran en cancha neutral, pero hablamos de Nápoles y de Maradona. Y en el cara a cara contra el anfitrión, se podría decir que la Albiceleste era la visitante, pero los azzurri siempre se quejaron –tras caer eliminados- de que el ambiente no fue tan favorable como lo hubiera sido en cualquier otro punto del país…

– Por detrás del gigante partenopeo, el segundo estadio del ranking (45 partidos) ya no existe como tal: es la vieja y escueta cancha de madera del barrio de La Paternal, entrañable sede de Argentinos Juniors hasta principios de los 80. Ya en el siglo XXI fue demolida, y vuelta a edificar con formato mucho más moderno y el nombre lógico: estadio Diego Armando Maradona. Ahí sí, el ‘10’ siempre fue local.

– Si seguimos hacia abajo en la lista, aparecen La Bombonera porteña (40 encuentros) y el Camp Nou barcelonés (31). Pero empatado con este último está la gran sorpresa, la cancha de Atlanta, hoy llamada León Kolbowsky: otro club de la capital argentina.

Se debe a que está muy cerca de La Paternal (poco más de 3 kilómetros entre los dos estadios) y además, en su día, era más moderna y amplia que la sede oficial de Argentinos Juniors. Por tanto, entre eso y la proximidad, Argentinos jugaba a menudo allí, aprovechando el tirón de su joya de cantera. No en vano, Maradona fue 26 veces local y solo 5 visitante en dicho terreno.

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Cumpleaños a lo jeque

Foto: abunawaf.com.

En la era preglobalizada, Diego Armando ya era una estrella global, un pionero en el aspecto comercial. Y eso se nota también en cómo aprovechaba los días libres que le dejaba su profesión: a menudo, con más fútbol. A veces en partidos benéficos, y otras en compromisos bizarros con los que aumentar ingresos. Uno de los más curiosos y lucrativos se jugó tal día como hoy, el miércoles 11 de noviembre de 1987, en la exótica Yeda (Arabia Saudí).

El Napoli de Maradona defendía Scudetto en aquella Serie A 87-88 que también lideraba. La 8ª jornada se disputó el domingo 8: 0-0 de los celestes en campo del modesto Como, con una actuación dieguil solo de destellos. El siguiente fin de semana no había liga italiana, por parón de selecciones, así que el ‘10’ voló a la península arábiga, invitado a la celebración de un cumpleaños futbolístico: el 50º aniversario del club local Al-Ahli, que lo festejaba con un amistoso contra el Brondby danés.

El jeque árabe Jaled Abdallah, también mandamás del club, quiso y consiguió reforzar a su escuadra nada menos que con el tal Maradona, y lo logró colocando en el otro lado de la balanza 250.000 dólares, según se publicó entonces… Todos quedaron contentos, porque el Al-Ahli ganó 5-2 y el ‘Pibe de Oro’ marcó un par de goles (uno en gran vaselina, otro cruzando a la escuadra), además terminar el partido aún más áureo de lo que lo empezó.

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