El sagrado templo ‘xeneize’ se vistió de gala una vez más hoy hace 26 años, en 1993. A priori el cartel no decía mucho, o no mucho más que en cualquier otro partido en La Bombonera: 12ª fecha del Torneo Apertura (que constaba de 19), Boca Juniors (relativamente descolgado) contra Newell’s Old Boys (colista). Pero no, era día de doble escalofrío colectivo: el campeón mundial Menotti retornaba al banquillo auriazul. Y, sobre todo, en el bando contrario… ¡Maradona!
Casi 12 años más tarde, el ‘Pibe de Oro’ volvía a jugar un partido oficial en La Bombonera, por mucho que ya la hubiera pisado con el Sevilla poco más de un año antes. Fue un amistoso donde, por cierto, Maradona lució ambas camisetas, pero marcó con la de Boca…
Desde su retorno al campeonato de su país con Newell’s, en octubre de ese mismo 1993, Diego Armando salía a homenaje por comparecencia. Sus compatriotas llevaban sin verlo en el campeonato argentino desde 1981, y ya estaba considerado mito transversal, por encima de los colores de las aficiones. Sin embargo, las explosiones anteriores de júbilo colectivo empequeñecerían con respecto a la vuelta del hijo pródigo al templo ‘bostero’.
De hecho, Boca salta al césped un poco antes que el rival, como para dejar como plato fuerte la entrada de ‘D10s’ capitaneando al plantel visitante. Ya desde los minutos previos a su aparición, las ovaciones y cánticos situándole como objeto de culto son constantes en La Bombonera. Una bandera enorme, auriazul, se despliega en la tribuna de ‘La 12’ y la cubre casi por entero, con el nombre del ídolo estampado en letras gigantes.
El verde es un caos de cámaras, autoridades y hasta espontáneos, e incluso el pitido inicial se retrasa un poco ante tamaño desconcierto. El propio ‘Pelusa’ recibe un par de placas, tanto la institucional de su ex club como la de una representación de la hinchada. También se abraza con Menotti, ese viejo amigo-enemigo de los 70. Pero llega un momento que el ‘10’ parece aturdido, ya no sabe ni dónde ir entre el bullicio.
Por fin, el pasto se despeja de intrusos y empieza el fútbol. En realidad, el partido tiene muy poca historia: 2-0 claro para Boca, que lo hace mucho mejor que en apariciones anteriores (por algo cambió de técnico). El capitán de Newell’s sigue sin recuperarse de los problemas musculares que le aquejan desde la reciente Repesca premundialista contra Australia, y actúa “casi cojo”, revelará tras el choque. Solo deja destellos en mitad del gris oscuro general de su escuadra.
Eso sí, quizá como parte del homenaje… los jugadores de Boca no le hacen ni una sola falta, un respeto físico que rara vez (¿o nunca?) sintió ni sentirá en su carrera.
Prolegómenos y goles:
P.D. La enciclopedia ‘Maradona, obras completas’ recoge un sinfín de pasajes y datos acerca de la carrera del ‘10’, como los que acabas de leer. Si te interesa hacerte con una, escríbenos: