El sueño de cualquiera, cumplido a los 16

Niño con funciones de adulto. Fuente: losandes.com.ar.

No hay futbolero argentino que pueda pasar de largo ante el 27 de febrero. Hoy lo es, es decir que toca recordar el 44º aniversario del estreno de un tal Diego Armando Maradona como internacional ‘A’, ¡con su querida camiseta de la Selección! En 16 años y 120 días de vida hizo realidad el sueño imposible de millones de compatriotas.

Se ha hablado mucho de aquella velada dominical en la mágica Bombonera, que acogía un amistoso Argentina-Hungría. Dos días antes, el viernes, el seleccionador César Luis Menotti comunicó al juvenil ‘Pibe de Fiorito’ que le había convencido en algunos entrenamientos con los internacionales mayores: se concentraría con el equipo. Y “quiero decirle que si el partido viene bien, si ganamos sin problemas, usted va a jugar un rato”, le dijo el ‘míster’ al chaval, según relataba uno de los especiales de El Gráfico.

¡Cumplió! A los 48 minutos, Argentina ya se imponía por 5-0. A los 65 minutos, Menotti dio entrada al imberbe, al que le pidió tranquilidad y que hiciera simplemente “lo que sabe”. Con el dorsal 19, sustituyó al centrodelantero Luque y, pese a los nervios, dio un gran pase de gol que Houseman no logró transformar. El choque concluyó 5-1.

Ya estaba. Tras ese por lo demás intrascendente compromiso, el niño Dieguito no volvería a la celeste y blanca de mayores hasta agosto. Pero aquel 27 de febrero de 1977 empezó a abrir la puerta hacia la futura gloria, ¡cuando solo llevaba 12 partidos en Primera División!

Y, nueve años más tarde… Foto: Album / picture alliance / Werek

Según la FIFA, sus cifras como internacional de Maradona son de 91 partidos y 34 goles. Estos se reparten casi en dos mitades entre encuentros de competición oficial (44/16, los que más detallaremos en Maradona, obras completas) y amistosos de diverso tronío (47/18). Incluso, el genio participó en más de 100 partidos con Argentina, si incluimos también los amistosos ‘no FIFA’ contra clubes o incluso contra combinados regionales de su país.

Los números importan menos. ¿Quién no se imagina la camiseta albiceleste con un dorsal número 10 y unos rizos negros coronando el conjunto?

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El ‘partido partido’ de Maradona

La vieja cancha de Argentinos Juniors, testigo mudo de aquel curioso encuentro troceado. Fuente: viejosestadios.blogspot.com.

Arrancaba la temporada 1977 para Argentinos Juniors. Aquel año, el calendario era verdaderamente loco: a los organizadores les salió un Campeonato Metropolitano de 46 jornadas (!), tan largo que el siguiente torneo oficial, el Nacional ’77, terminaría en 1978… Pero todavía las fuerzas estaban intactísimas: el Bicho Colorado estrenaba campaña recibiendo en casa a Quilmes y con su megaestrella juvenil, aquel Dieguito de 16 años, ya en la primera plantilla desde el principio.

Así que todo era ilusión en el barrio de La Paternal cuando los entonces dirigidos por Antonio D’Accorso saltaron a su cancha de tablas aquel domingo 20 de febrero de 1977, 1ª fecha del Metro eterno. En el minuto 3, el ariete Carlos Álvarez –que terminaría máximo goleador de la competición- ya había puesto a Argentinos por delante, al rebote de un tiro libre enviado al travesaño por el imberbe Maradona… Pasada la media hora, Filardo empató para los ‘cerveceros’.

Pero a las nubes de Buenos Aires no les apetecía más fútbol. De pronto, lluvia torrencial. Y más, y más. Ya hubo un amago de suspensión a 180 segundos de alcanzar el entretiempo, cuando los jugadores esperaron en vestuarios durante 20 minutos. Finalmente, el árbitro Feola les animó a que salieran a completar los 45 de la primera parte, y conseguido esto decidió que no se jugaba más.

Aquel Dieguito de los años mozos. Fuente: xenen.com.ar.

No fue el único caso. De los 11 partidos del Metropolitano en aquella jornada, otros tres también fueron aplazados al descanso por las trombas acuáticas (River-Temperley, Vélez-Boca y Banfield-Huracán), y otro incluso antes, a los 36 minutos (Atlanta-Rosario Central).

Los que mandaban decidieron que la segunda parte del Argentinos-Quilmes se jugara dos días después, el martes 22 de febrero. La tempestad había pasado, y el terreno de juego mantuvo la compostura. Sin embargo, y pese a la superioridad de Argentinos, el visitante Fortunato marcó en una jugada de rebotes y Quilmes terminó imponiéndose por 1-2.

Nunca más el ‘10’ jugaría un choque oficial repartido en dos días distintos, y eso que la extraña experiencia le llegó en el tierno partido número 12 de los 633 que firmaría en competición oficial.

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A la calle por vez primera

Cuando jugaba, el ‘Pibe de Oro’, objeto de innumerables golpes de sus marcadores a lo largo de su carrera, ya era persona de sangre caliente. Sin embargo, se contuvo bastante bien en sus reacciones, para bien de sus escuadras. Pero nadie es totalmente perfecto, y una decena de veces en su vida (una cada 63 partidos) el colegiado le mostró la temida cartulina roja. Tal día como hoy, hace 42 años, ¡la primera!

La fase de liguillas del extinto Campeonato Nacional, que cerraba la temporada argentina, cumplía su jornada número 6 aquel jueves, 8 de diciembre de 1977. Había que jugar 14, así que aún no había terminado la primera vuelta. Y el calendario había dictado que Argentinos Juniors visitase ‘La Docta’, la ciudad de Córdoba, para medirse a Belgrano.

La velada se le dio mal al equipo porteño. Dominó la posesión pero no supo romper la defensa cordobesa. En cambio, el ‘Pirata’ (sobrenombre de Belgrano) puso más empeño, y logró sus dos goles en un disparo muy lejano y un fallo del arquero colorado Munutti en un córner.

Minuto 84, ya con 10 futbolistas por bando, y con Belgrano manejando el cronómetro con habilidad. Aquel Dieguito de 17 años y ya 53 choques en Primera División, que no había jugado bien, se frustró por todo el cóctel, y el árbitro Melidoni le expulsó por juego brusco. Fue su primera roja, que supuso dos partidos de sanción que hicieron peligrar las posibilidades clasificatorias de Argentinos.

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De las otras nueve expulsiones en partido de competición oficial, una sucedió también defendiendo a Argentinos; tres, con Boca; dos, con el Napoli; una, con el Barça; otra, con el Sevilla. Y la más famosa simbolizó un momento muy frustrante: fue con la Selección, en el partido contra Brasil que supuso su eliminación del Mundial de España ’82.

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Dos genios fallan tres penaltis

Los cracks de Huracán y Argentinos: Houseman y Maradona.

Aquel Huracán-Argentinos Juniors del Campeonato Nacional de 1977 fue un partido inusual, empezando porque se jugó en miércoles, por lo apretujado del calendario. Terminó en empate, hubo goles (2-2) y el Bicho colorado remontó en los últimos seis minutos, ¡cuando ya le habían expulsado a dos jugadores…! Pero, sobre todo, un hecho inusual: los dos genios de la cancha se combinaron para marrar tres penaltis.

Diego Armando falló uno para los forasteros, y los otros dos el artista Houseman (algo así como un ‘preMaradona’), que además era uno de los grandes ídolos del joven ‘10’. Desde que el argentino Martín Palermo desperdició él solito tres penas máximas en el mismo partido contra Colombia (Copa América 1999), toda comparación parece quedarse corta. ¡Pero lo de aquel choque entre el ‘Globo’ y el ‘Bicho’ tampoco es habitual!

Diego Armando, de 17 añitos recién cumplidos, había nacido como lanzador de ‘penales’ apenas una semana antes. El 23 de noviembre de 1977 marcó el primero de su vida en partidos oficiales, contra Unión de Santa Fe. El segundo también fue dentro, el domingo 27 ante Atlético Ledesma. Y en el tercer chut desde once metros de aquella tarde en El Palacio de Parque Patricios, sede de Huracán, el portero local Héctor ‘Chocolate’ Baley le detuvo el intento a los 16 minutos, aún con el 0-0.

Siguió el combate, con dos goles del ‘Loco’ Houseman que pusieron en ventaja a Huracán (minutos 25 y 35, 2-0). Pero aún restaban muchas emociones. Tras el descanso, Munutti, arquero de Argentinos, le paró el primer penalti al ídolo de Huracán (minuto 49). Jorge Orlando López descontó para la visita (84, 2-1). Houseman, que pudo haberse convertido en cuatrigoleador, mandó su segunda pena máxima al travesaño (85). Y a dos del final, Carlos Fren enchufó desde el área chica en un córner (2-2).

Solo cabe añadir: ¡viva el fútbol!

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Para abrir boca en La Bombonera

Si no has estado allí, te invito a comprobarlo: La Bombonera impone hasta vacía. Una caja apretada y vertical que al equipo visitante no le puede inspirarle nada parecido a su dulce nombre. Cuando hay partido, acongoja hasta desde fuera: cualquier chut ligeramente desviado se traduce en un suspiro colectivo enorme, eléctrico, magnífico. Y no digamos un gol.

En porcentaje, son muy pocos los mortales que han jugado allí. Maradona lo hizo en 40 ocasiones (contando solo encuentros de competición oficial). En las seis primeras aún no era jugador de Boca, sino de Argentinos Juniors. Aunque solo cinco veces fue visitante: en otro de esos encuentros, el Bicho Colorado del barrio de La Paternal usó el templo auriazul como ‘casa’.

Siempre hay una primera vez. Y, si bien Diego Armando ya había pisado el verde del coloso de La Ribera con la Albiceleste, (en un par de amistosos), su verdadera puesta en escena inaugural en el estadio fue otro 2 de noviembre como hoy, el de 1977. Ese de hace 42 años fue un encuentro de Primera División y, por encima de todo, enfrente estaban Boca y su impresionante afición, los dueños.

Digamos que al mozalbete de Argentinos Juniors no se le dio mal: victoria colorada por 1-2 y ambos goles suyos, uno en jugada personal y otro de tiro libre. El pibe acababa de cumplir 17 años, y empezaba a sembrar entre la hinchada de Boca la pasión enfermiza con la que esta le idolatrarían a partir de 1981.

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