(1986) El amistoso más excéntrico de Maradona

En San Paolo y contra el Napoli, ¡habráse visto…! Fuente: twb22.blogspot.com.

Apenas restaban dos meses y unos días para que echara a andar el balón en el Mundial de México ’86. Y en la Albiceleste todo eran dudas y críticas. El seleccionador Carlos Bilardo llevaba ya años en el cargo, pero el gris juego del equipo y sus propias tácticas no habían convencido nunca a la opinión pública de su país.

Además, el ‘Doctor’ tenía un problema añadido. A diferencia de su antecesor en el cargo (su enemigo íntimo César Luis Menotti), no podía organizar grandes concentraciones con todos sus hombres, pues un buen número de los internacionales jugaban ya en el extranjero –empezando por el Maradona napolitano, sin ir más lejos-. Por eso, el ‘Narigón’ aprovechó un fin de semana de descanso de la Serie A 85-86 para montar una minigira de tres amistosos por Europa, dos de ellos contra clubes, no selecciones.

Argentina cayó merecidamente contra Francia en París (2-0). Pero el momentazo se vivió tres días más tarde, en aquel sábado 29 de marzo de 1986, en el que la Albiceleste visitó… ¡el estadio de San Paolo, meca maradoniana!, que solo registró media entrada. Y enfrente, claro, estaba el Napoli de Diego, sin Diego.

Probablemente el ‘10’ nunca se sintió tan extraño, marcado por sus compañeros más habituales de vestuario. Evidentemente, este encuentro jamás habría existido de no haber llegado él al pie del Vesubio. Todo fue raro de principio a fin, incluso por lo más entendible: la celeste y blanca no iba de tal, sino de blanco, por lógico parecido con la camiseta azul de los partenopeos.

Fuente: twb22.blogspot.com

Pero además, el prestigioso Daniel Bertoni, jugador argentino del Napoli y mundialista en 1978 y 1982, supo que no sumaría su tercera presencia en la Copa máxima, porque jugó para los italianos. Ni mucho menos Barbas, futbolista rioplatense del Lecce, presente en España ’82 y amigo personal del ‘Pelusa’, que ese día también reforzó a los napolitanos…

El resultado fue lo de menos. Ni Argentina ni Maradona brillaron pese a la victoria por 1-2 en esta pequeña verbena, goles de Pasculli y Garré para los sudamericanos y Pecci para los anfitriones. Poco hacía presagiar aún lo que pasaría en el estadio Azteca…

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(1980) Golazo sobre los charcos ante el Cosmos neoyorquino

El tanto. Fuente: enunabaldosa.com.

El Bicho Colorado de 1980 aún se resistía a lo inevitable (perder a Maradona). Por eso, cuando podía disputaba amistosos para conseguir dinero de donde fuera, aunque estuviera peleando en la parte alta del Campeonato Metropolitano argentino.

Esta es una de las explicaciones del famoso duelo jugado tal día como hoy hace 41 años, el viernes 21 de marzo de 1980: nada menos que Argentinos Juniors contra el New York Cosmos, en el estadio José Amalfitani de Vélez Sarsfield. Fue metido en esa fecha con calzador entre la derrota del miércoles 19 en partido oficial en La Bombonera (2-1 para Boca) y el empate como local ante Platense (0-0), un choque que tuvo que ser desplazado al lunes…

El Cosmos era el buque insignia del campeonato futbolístico más importante de Estados Unidos por entonces, la North American Soccer League (NASL); tampoco terminó de cuajar. Se caracterizó por llevarse a tierras yanquis a grandes estrellas mundiales a golpe de talonario (el mejor ejemplo: Pelé), aunque habitualmente hubieran dejado lo mejor de sus carreras ya atrás. En ese momento, el figurón de aquella especie de combinado all-star era Franz Beckenbauer, que compartía vestuario con otros fenómenos como el brasileño Carlos Alberto, el paraguayo Romerito o el italiano Chinaglia.

Auténticas cataratas de agua descargadas por las nubes encharcaron el gran césped del Fortín de Liniers, lo que no impidió el partido, con victoria estadounidense (1-2). Y, en mitad de la tormenta, golazo del ‘10’, tras burlar al portero como quien le da un sorbo a la cerveza. ¡Aquí lo tienen!:

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El sueño de cualquiera, cumplido a los 16

Niño con funciones de adulto. Fuente: losandes.com.ar.

No hay futbolero argentino que pueda pasar de largo ante el 27 de febrero. Hoy lo es, es decir que toca recordar el 44º aniversario del estreno de un tal Diego Armando Maradona como internacional ‘A’, ¡con su querida camiseta de la Selección! En 16 años y 120 días de vida hizo realidad el sueño imposible de millones de compatriotas.

Se ha hablado mucho de aquella velada dominical en la mágica Bombonera, que acogía un amistoso Argentina-Hungría. Dos días antes, el viernes, el seleccionador César Luis Menotti comunicó al juvenil ‘Pibe de Fiorito’ que le había convencido en algunos entrenamientos con los internacionales mayores: se concentraría con el equipo. Y “quiero decirle que si el partido viene bien, si ganamos sin problemas, usted va a jugar un rato”, le dijo el ‘míster’ al chaval, según relataba uno de los especiales de El Gráfico.

¡Cumplió! A los 48 minutos, Argentina ya se imponía por 5-0. A los 65 minutos, Menotti dio entrada al imberbe, al que le pidió tranquilidad y que hiciera simplemente “lo que sabe”. Con el dorsal 19, sustituyó al centrodelantero Luque y, pese a los nervios, dio un gran pase de gol que Houseman no logró transformar. El choque concluyó 5-1.

Ya estaba. Tras ese por lo demás intrascendente compromiso, el niño Dieguito no volvería a la celeste y blanca de mayores hasta agosto. Pero aquel 27 de febrero de 1977 empezó a abrir la puerta hacia la futura gloria, ¡cuando solo llevaba 12 partidos en Primera División!

Y, nueve años más tarde… Foto: Album / picture alliance / Werek

Según la FIFA, sus cifras como internacional de Maradona son de 91 partidos y 34 goles. Estos se reparten casi en dos mitades entre encuentros de competición oficial (44/16, los que más detallaremos en Maradona, obras completas) y amistosos de diverso tronío (47/18). Incluso, el genio participó en más de 100 partidos con Argentina, si incluimos también los amistosos ‘no FIFA’ contra clubes o incluso contra combinados regionales de su país.

Los números importan menos. ¿Quién no se imagina la camiseta albiceleste con un dorsal número 10 y unos rizos negros coronando el conjunto?

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20-02-81: cuando Diego jugó para Argentinos… y Boca

Ciego a flashazos, en los primeros pasos como ‘xeneize’. Fuente: imborrablebloca.blogspot.com.

La tristeza de la despedida del primer amor y la alegría de cruzar a otra dimensión se unieron aquel viernes, 20 de febrero de hace 40 años, cuando se consumó el primer llamado ‘Pase del Siglo’. Ya saben, Maradona dejaba Argentinos Juniors, el club donde llegó cuando apenas levantaba del suelo, por el gigante Boca Juniors, del que era fan –con permiso del Independiente de Bochini-.

Fue un bombazo en la época, una cesión (y no un traspaso) por unas cifras nunca vistas entre dos clubes del país del ‘10’ (abajo, más detalles). Casi desde su debut en Primera (1976), el ‘Pibe de Fiorito’ y su Bicho Colorado no habían dejado de recibir ofertas para que cambiara de aires, y la entidad de La Paternal logró retener al creciente crack durante cuatro años y medio. Pero el club ya no daba más de sí ante la presión de los más pudientes. “A Maradona no lo podemos mantener, me siento fracasado”, confesó Próspero Consoli, máximo dirigente de Argentinos.

El caso es que, tras las arduas negociaciones y el acuerdo de palabra de varios días antes, el papel no se firmó ante las cámaras hasta el mismo 20 de febrero de 1981, y ese mismo día se celebró en La Bombonera un curioso amistoso entre los dos clubes implicados. Diego Armando jugó una parte para cada equipo: la primera con Argentinos Juniors, la segunda con Boca. En el entretiempo cambió de camiseta y vestuario, obvio, y la vestimenta que dejaba se la regaló a Francis Cornejo, su descubridor. Después, marcó de penalti contra el que hasta minutos antes había sido siendo el equipo de su vida.

Portada de ‘El Gráfico’ con el mítico momento: aún vestido de Argentinos, se viene la auriazul. Fuente: imborrablebloca.blogspot.com

En general fue una exhibición futbolística emotiva y simbólica, pero el ‘10’ no pudo brillar, ni apenas moverse: ¡tres días antes había sufrido un tirón en un entrenamiento con el Bicho…! Por cierto, ganó la escuadra colorada, por 2-3. Y solo dos días más tarde debutaría oficialmente en el mismo escenario en la primera jornada del Campeonato Metropolitano, ese que el nuevo Boca ’81 debía ganar sí o sí… En cuanto a Argentinos, Diego nunca más volvería allí.

Algún detalle más de contexto del ‘Pase del Siglo’ de 1981:

– Gracias a las restricciones de la federación argentina (la AFA) a la exportación de talento, y también gracias a la inflexibilidad del seleccionador Menotti, Boca salió deportivamente beneficiado aquel 1981. Diego tenía un precontrato firmado con el FC Barcelona, pero se jugaba su presencia en el Mundial ’82 si dejaba el país (y ya había sido dolorosísima ausencia en Argentina ’78, por decisión del mismo técnico).

– Tras un curso 1980 más que gris, el nuevo presidente boquense, Martín Benito Noel (llegó al cargo ese diciembre), encabezó una auténtica revolución en la plantilla auriazul de cara a la temporada de 1981. Quería por ejemplo volver a conquistar algún campeonato argentino, que se les resistía desde 1976. Maradona en realidad fue la guinda que valía por todo el novedoso pastel. También llegaron otros grandes jugadores como Brindisi, Trobbiani, Morete… Unos lo hicieron mejor y otros menos.

El genio firmante, entre los presidentes Próspero Consoli (Argentinos, izquierda) y Martín Benito Noel (Boca, derecha). Fuente: imborrablebloca.blogspot.com.

– No obstante, como hemos comentado, ni así pudo la entidad ‘xeneize’ lograr un auténtico traspaso: el ídolo costaba demasiado, ya. En realidad, ¡solo fue una cesión por menos de año y medio!, ampliable precisamente tras la Copa del Mundo de España (no sucedería). La revista El Gráfico publicó las mareantes cifras de la operación, que incluía 2,5 millones de dólares que Boca abonó a Argentinos, en realidad 4 porque también se hacía cargo de 1,5 millones de su deuda.

– Pero quizá lo más sorprendente es que nada menos que otros seis jugadores entraban en la operación, y se mudaron de la Ribera a La Paternal: Osvaldo Santos, Eduardo Rotondi, Carlos Salinas, Carlos Randazzo, Miguel Ángel Bordón y el genio Mario Zanabria, estos dos últimos solo cedidos por un año.

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1993: ¿Lo estoy soñando…? ¡Diego albiceleste!

Un falso penalti transformado por Brehme en los últimos minutos significó el triunfo de Alemania Federal sobre Argentina en la terrible final del tedioso Mundial de Italia ‘90. Las lágrimas de ‘D10s’ presidieron la entrega de medallas, pero nadie podía imaginar que aquel había sido su último partido internacional en mucho, mucho tiempo. No pocos temieron que aquel Diego que soñaban cabalgando de celeste y blanco con el balón jamás volviera al equipo de todos sus compatriotas.

Tras el subcampeonato planetario, al crack le pasó de todo, y muy poco positivo: mala última temporada 90-91 en el Napoli, culminada en positivo por cocaína y sanción global de 15 meses sin poder jugar al fútbol. Detención escandalosa en su país y en posesión de drogas, con las cámaras convenientemente avisadas. Depresión, amago de retirada, progresiva recuperación del ánimo. Y, recién expirado el castigo deportivo, vuelta al deporte en el Sevilla, reto nuevo.

Aquel Maradona falto de forma pero repleto de ganas aterrizó en la capital de Andalucía en septiembre de 1992, y para febrero de 1993 había vuelto razonablemente a brillar, recordando al de unos años atrás en Nápoles.

Así que el reencuentro ya estaba cantado: el seleccionador Alfio ‘Coco’ Basile le convocó para un amistoso internacional contra Brasil (¡el clásico planetario, quizá!) a disputarse el día 18 del segundo mes en el Monumental de Buenos Aires, con el que la AFA (la federación argentina) festejaría su propio centenario. Solo días después, Maradona también estaba llamado a una cita más seria, un duelo contra Dinamarca por la Copa Artemio Franchi (preludio de la actual Confederaciones), con un título intercontinental oficial en juego.

Pose inconfundible.

Estas dos citas supondrían un loco doble viaje maradoniano Sevilla-Argentina, con partido de Liga española en mitad de los dos choques de selecciones. El club que le pagaba prohibió que participara en el segundo encuentro, pero Diego Armando hizo oídos sordos. Quería volver a escuchar el himno en el césped y con el brazalete de capitán, sentir el calor de la hinchada: nadie se lo impediría. Desde ahí empezaría su cuesta abajo como sevillista.

Por tanto el 18-2-1993, en mitad de un ambiente brutal, el Rey Arturo de la Albiceleste volvió a encabezar a los suyos contra la canarinha, más de dos años y siete meses después de su última vez. El encuentro no tenía más trascendencia, pero resultó competido y entretenido, un 1-1 con goles de Mancuso y Luiz Henrique.

Otra vez rodeado de amarillos, como en octavos de Italia ’90.

El ‘10’ dirigió bien a sus compañeros, metió buenos balones, se mostró intenso, mandó un tiro libre al travesaño y falló una volea en posición clara. Fue a menos con el paso de los minutos, pero en general realizó una actuación satisfactoria y aplaudida, emocionante casi. Lo importante estaba conseguido: ¡había vuelto!

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Otro ‘Gol del Siglo’, redescubierto en 2013

Penúltimo tramo de la proeza: portero en el suelo. Fuente: caracol.com.co.

¿Cuál fue el mejor gol de Maradona? El propio astro tampoco parece tenerlo del todo claro, a pesar de ser quien firmó el indiscutiblemente mejor para el resto de los mortales, el Gol del Siglo a los ingleses.

Sin embargo, alguna vez en entrevistas ha citado algún otro, como uno que hizo con Argentinos Juniors en cancha de Huracán allá por 1977, siempre desarbolando a unos cuantos adversarios. E incluso, en una entrevista en Cuba en 2003, habló de este que traemos hoy, ejecutado hace 40 años. Un gol en un amistoso de 1980, durante 33 años solo presente en algunas fotos y en la memoria de quienes lo presenciaron. Hasta que en 2013 fue recuperada su versión fílmica, de muy baja claridad pero gran trascendencia.

A inicios de aquel 1980, Argentinos Juniors se embarcó en una bonita gira de amistosos por varios países americanos, aprovechando el tirón de tener en nómina al supercrack del Mundial Juvenil de 1979. Incluso, siguió jugándolos cuando ya había empezado el fútbol oficial, el Campeonato Metropolitano argentino. Y aquel 19 de febrero compareció en el estadio Hernán Ramírez Villegas de la localidad colombiana de Pereira, como parte de un minitorneo. Allí se midieron el Deportivo local contra el Bicho Colorado.

El resultado final lo dice todo: 4-4, con tres goles del ‘10’. Pero especialmente impactante fue su 3-3, con varios rivales dejados atrás, incluido el portero, antes de marcar desde cerquísima. Si alguien no lo conocía, aquí está: no se ve muy bien, pero sí lo suficiente.

Eso sí, no estamos de acuerdo con Maradona, o el Maradona de 2003. Empezando por contexto, marco y rival, como su cabalgada ante los ingleses no existe nada, ni creemos que exista nunca más.

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Maradona en Argentinos Juniors: dos 10 de febrero

El jovencísimo Diego con Fischer, mítico ariete de San Lorenzo. Fuente: museodesanlorenzo.com.ar.

Durante los primeros años del jovencísimo ‘Pibe de Oro’ en la Primera División argentina, enero y febrero eran fundamentalmente meses de pretemporada, y la campaña oficial –que entonces solía corresponderse con años naturales- comenzaba bien entrado febrero o incluso en marzo. Pero nosotros ya hemos empezado a avanzar por el segundo mes del calendario, y teníamos ganas de volver a hablar del Diego Armando de Argentinos Juniors, el club donde nació como futbolista y casi como persona.

El Bicho Colorado consiguió retener a su figura, la perla del fútbol mundial, desde su bautismo entre los mayores a finales de 1976 hasta inicios de 1981, desoyendo un sinfín de ofertas. De esa época rescatamos dos partidos jugados en sendos 10 de febrero, amistoso y oficial, ambos con golito maradoniano.

– Jueves, 10 de febrero de 1977: SAN LORENZO 0-3 ARGENTINOS (amistoso)

Recordemos el impacto instantáneo del ‘Pelusita’ cuando, pocos meses antes, debutó en Primera con 15 años, el 20 de octubre de 1976. En cuestión de semanas, el juvenil –casi infantil- logró pulverizar muchas etapas en los solo 11 partidos oficiales que le quedaban a Argentinos hasta final de año. Festejó sus dos primeros goles como profesional, se quedó el número 10 para siempre, le tomó el pulso a la categoría… Su única pena fue que la temporada oficial se le terminó el 12 de diciembre.

Por tanto, había muchas ganas colectivas de volver a ver en acción al imberbe ‘Elegido’, incluidas las suyas propias. En 1977, el Campeonato Metropolitano empezaba el 20 de febrero; y el principal test del último tramo de pretemporada colorada fue 10 días antes, un exitoso (para Argentinos) duelo contra uno de los ‘cinco grandes’ del país, el renombrado San Lorenzo de Almagro.

El llamado ‘Cuervo’ o ‘Ciclón’ azulgrana no era nuevo para Maradona, pues ya se había enfrentado a él en la antepenúltima fecha del Campeonato Nacional ‘76 (1-1 en cancha de Argentinos). Pero ahora la cita era en el viejo Gasómetro, enorme estadio al que apenas le quedaban un par de años de vida. Y Argentinos y su ‘10’ dejaron huella: 0-3, con doblete del centrodelantero Álvarez y redondeo de Dieguito a los 75 minutos de juego. Los amistosos solo son pruebas, pero siempre es mejor que salgan así. Y el ternísimo crack de Fiorito, de 16 años… seguía llamando a la puerta de la Selección ‘A’. La oportunidad le llegaría enseguida.

– Domingo, 10 de febrero de 1980: INDEPENDIENTE 2-3 ARGENTINOS (Campeonato Metropolitano, 1ª jornada)

Chupinazo maradoniano que entraría tras tocar en la barrera, en recorte de ‘Clarín’

Tres años después del anterior encuentro, la temporada empezaba un poco antes, y Maradona ya no era el mismo. Considerado ya sin atisbo de duda el mejor de su país y quizá del mundo, laureado en Japón ’79 con el título mundial sub-20, al ya multigoleador Diego Armando le quedaba solo una campaña en el barrio de La Paternal, y siguió demostrando su obsesión por ganar un campeonato con su querido Bicho Colorado. Por varios motivos, su prodigioso 1979 (‘pichichi’ en los dos torneos de Primera) había quedado sin premio colectivo en el club.

La penúltima ocasión de ganar con el Bicho se abría con el Metropolitano ’80, que echaba a rodar para él tal día como hoy hace 40 años, e incluía duelo de tintes encarnados: el ‘Rojo’, Independiente de Avellaneda, contra el ‘Colorado’, Argentinos Juniors, en la abarrotada Doble Visera, hogar del primero. En aquella época, Independiente siempre sonaba como aspirante a todo, guiado por otro icónico ‘10’, Bochini, ídolo del Maradona infantil.

Y el Bicho arrancó de la mejor manera: imponiéndose en su primera salida liguera y ante un presunto rival directo por la corona. El partido fue de más a menos y el juego no terminó de convencer, pero hubo alternativas. Diego Armando marcó el 1-2 parcial del minuto 42, un tiro de falta (lograría récord personal aquella campaña) con suerte, pues el cuero se envenenó al tocar en el hombro de Zimmerman, integrante de la barrera. El 2-3 final supuso la primera victoria de Argentinos en la 1ª jornada del Metro en toda la ‘era Maradona’.

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‘D10s’ y Boca: 13 años de paréntesis

Solo la magia puede explicar la increíble comunión del binomio Bombonera/Maradona, aunque el protagonista humano fuera mago. El arte del ‘10’ dejó de entrada una huella asombrosa en la institución de la Ribera, teniendo en cuenta que, en su primera etapa ‘bostera’, Diego Armando apenas lució la camiseta auriazul durante algo menos de un año (bien nutrido de partidos, eso sí: 69, un 40% de ellos amistosos). Debutó el 20 de febrero de 1981 (amistoso de presentación tras su histórico pase de Argentinos a Boca, precisamente un duelo entre ambos clubes) y no paró hasta otro 6 de febrero como hoy, en otro amistoso ¡contra River!, por la famosa Copa de Oro de Mar del Plata.

Entre esos dos hitos todo había sido una locura, claro. Boca y Maradona se necesitaban mutuamente, se querían desde antes. Los ‘xeneizes’ buscaban revalorizarse, tras dos temporadas sin títulos (y un 1980 especialmente pobre), que se zanjaron con el siempre recordado Campeonato Metropolitano de 1981, primer logro colectivo de ‘mayores’ para Maradona. Y, por supuesto, el joven Dieguito cumplió las expectativas, mezcló su mejor fútbol con golazos, liderazgo y magnetismo.

En ese año escaso, el ‘Pibe de Fiorito’ compitió también en el Campeonato Nacional ’81 y en un alucinante tropel de compromisos por varios continentes, que trataban de rentabilizar y sostener su fichaje. Después del 6 de febrero de 1982, la Selección de Menotti se lo llevó concentrado para el Mundial ’82, un encierro de cuatro meses como pocos se han visto.

Y, desde ahí, a ‘La mitad más uno’ le restaba inopinadamente una condena de 13 años, 7 meses y 24 días para que su mesías volviera a jugar con ellos. Porque poco antes de aquel Mundial ’82, Maradona fichó por el FC Barcelona, el club europeo que llevaba un lustro suspirando por su contratación.

La carrera del crack siguió por otros (también gloriosos) derroteros. Pero siempre añoró aquel ambiente de explosiva y gigantesca caja de bombones. Boca lo pasó peor. Tras la marcha del hombre que tan honda impronta colectiva dejó en un año, para el gigante porteño siguió una década casi entera penando por volver a ganar. Más en concreto, entre 1982 y 1988 fue incapaz de levantar un solo título, y llegó a estar al borde de la liquidación, y a jugar con números pintados a mano en la camiseta, que destiñeron…

Sí hubo un oasis tardío. En su también breve época en el Sevilla, el 14 de octubre de 1992, el ya veterano Diego pudo volver a jugar en La Bombonera con la camiseta de Boca, en un amistoso entre andaluces y argentinos en los que actuó un tiempo para cada equipo, ¡y marcó para sus compatriotas! Pero no fue más que una islita de irrealidad, una fiesta: seguía siendo sevillista.

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Por fin, el 30 de septiembre de 1995, aquel paréntesis casi oceánico que se inició el 6 de enero de 1982 se cerró en el estadio olímpico de Seúl (foto superior). Corea del Sur-Boca Juniors, nuevo amistoso de retorno del ídolo al fútbol tras su controvertida sanción por el positivo en el Mundial ‘94. Ahí lució por primera vez su famoso peinado de la franja amarilla, y una semana más tarde pudo volver a encabezar la fila boquense en la abarrotada Bombonera. Tras múltiples vivencias y batallas, Ulises pisaba Ítaca.

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24 de enero, día de Maradona en Japón

Foto: Masahide Tomikoshi/TOMIKOSHI PHOTOGRAPHY.

La Tierra se ha hecho más abarcable con el avance de los medios de transporte, pero en los años 80 aún no lo era tanto. Japón estaba muy lejos todavía, incluso mentalmente, y más aún futbolísticamente. Sin embargo, desde el show del ‘10’ en el Mundial Juvenil nipón de 1979, los aficionados japoneses siempre sintieron devoción por Maradona, que jugó varios amistosos allí en los siguientes años. Curiosamente, dos de ellos tal día como hoy, los días 24 de enero de 1982 y 1987.

La loca gira asiático-americana de Boca Juniors 81-82 contó aún con Diego Armando, que se tiró desde mediados de diciembre de 1981 hasta finales de enero de 1982 disputando amistosos por dos continentes . Había que ganar plata paseando y exprimiendo al crack, por ejemplo para intentar retenerle en la Ribera. En esto último no hubo éxito: a continuación Maradona enlazaría con la superconcentración de la Albiceleste de cara al Mundial ’82 y, tras la Copa del Mundo, ya jugaría para el Barcelona; no volvería a ‘La mitad más uno’ hasta 1995.

En ese viaje interminable, que también llevó a los ‘xeneizes’ a rotar por países tan dispares como Ecuador, Perú, Malasia, Guatemala, México o Estados Unidos, Diego Armando y sus compañeros boquenses jugaron tres encuentros en el país del sol naciente, entre los días 16 y 24 de enero de 1982: dos contra la Selección de Japón ‘A’, ambas en el estadio Olímpico de Tokio, y otra contra el combinado ‘B’, en Kobe. El último amistoso sucedió el 24 de enero de 1982 frente a la ‘A’, con resultado de 0-1 para los argentinos, obra de un ‘10’ que volvió a deleitar.

Con los jóvenes fans nipones. Foto: Masahide Tomikoshi/TOMIKOSHI PHOTOGRAPHY

Quiso la casualidad que, exactamente un lustro más tarde, el ‘Pibe de Oro’, ya consagrado en México ’86, pisara el mismo escenario, pero en un contexto muy distinto. Se trató de un partido benéfico de Unicef, que de nuevo enfrentó al equipo nacional japonés y a un combinado de América Latina. Los foráneos se impusieron por 0-1, y Maradona provocó el tembleque napolitano al jugar 84 minutos, o sea casi todo el compromiso. ¿Por qué?

Aquel segundo 24 de enero era sábado, y había parón en la Serie A italiana. El Napoli capitaneado por Diego Armando estaba en mitad de su primera temporada gloriosa, la que conduciría al Scudetto 86-87. No obstante, en su último partido antes del benéfico, un duelo contra el Brescia (2-1), Maradona solo pudo disputar 62 minutos, hachado varias veces, entre otros por Chiodini. Tanto le dolió que le tuvieron que sacar en volandas del campo, entre el médico y el masajista.

El club le prohibió viajar a Tokio, ¡la prioridad era descansar y recuperarse, el Napoli estaba ante la oportunidad de su vida! Pero, lo decimos una vez más, el ‘10’ nunca toleró bien las órdenes

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El sorteo de la FIFA, «una farsa»

Linda imagen con la ‘maglia azzurra’. Foto: www.calciocasteddu.it.

Los dos últimos campeones del mundo de fútbol, Italia (1982) y Argentina (1986), se midieron en un potente amistoso disputado hoy hace 30 años en el estadio Sant’Elia de Cagliari, preciosa isla de Cerdeña. Nada menos que el organizador del Mundial ‘90, a meses vista de su estreno, contra el equipo del jugador que buscaba revalidar corona planetaria tras haber roto moldes cuatro años antes.

El partido en sí fue horrible. Un 0-0 repleto de prudencias, miedos, faltas y aburrimiento. En realidad, lo que dio que hablar (incluso durante las siguientes semanas) fue lo que salió por boca de Maradona nada más pisó territorio insular: que el sorteo de grupos del campeonato global, celebrado el 9 de diciembre en Roma, había sido “una farsa”.

“Ya estaba todo decidido, todo arreglado, todo cocinado”, se desmarcó el ‘Pibe de Oro’. “Lo único que nos faltaba es que nos pusieran en el mismo grupo con Italia. Nos tocó el grupo más difícil del campeonato, sin lugar a dudas”. Además de la propia Argentina, dicha liguilla incluía a Camerún y dos países de nivel pero en crisis política: la URSS (al borde de la disolución) y Rumanía (en plena convulsión tras el derrocamiento y fusilamiento del dictador Ceaucescu).

En cambio, al país organizador le había correspondido el grupo más fácil, según los críticos: Austria, Checoslovaquia y Estados Unidos. La FIFA estaría persiguiendo, según ellos, beneficiar precisamente a Italia. Casualidad o no, en el Mundial ’90 la Azzurra no se topó con alguien de su talla hasta la semifinal contra… ¡Argentina!

Pero eso es viajar mucho hacia el futuro. A la FIFA y a la propia federación italiana, las acusaciones maradonianas les sentaron como un tiro. El secretario general de la FIFA, que ya entonces era Joseph Blatter, dijo que Diego “debe de estar loco, o es idiota”. Insinuó que incluso podría ser sancionado sin Mundial. Por supuesto, nunca sucedió.

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