A la altura de aquella tierna temporada 88-89, la Juventus ya no parecía la fiera inabordable de costumbre. El Napoli de Maradona había ganado su primer título nacional en el curso 86-87, y le sucedió el Milan en el 87-88, en este segundo caso con la Vecchia Signora muy lejos. Sin embargo, seguía siendo la Juve, el gigante que duplicaba en Scudettos al siguiente equipo en la clasificación.
Y si el Napoli-Juventus era el partido del año en San Paolo, el duelo entre ambos en Turín era ‘la visita del año’ para los meridionales. Porque además, miles de napolitanos acudían a las gradas del viejo estadio Comunale turinés, y más desde que estaba el superclase argentino. Muchos no venían desde el lejano sur, sino de la propia ciudad norteña: la ironía es que eran trabajadores de la Fiat, o sea de la empresa de los Agnelli, que a su vez eran también los propietarios de la Juve…
Nunca fue plaza fácil: cuando la gloria del 86-87, los celestes se impusieron allí por 1-3, primer triunfo en la capital del Piamonte en… ¡29 años! (el anterior aconteció en 1957, tres años antes del nacimiento del ‘10’…). Pero en la campaña 87-88, los bianconeri triunfaron por 3-1 y dejaron muy tocados a los partenopeos, que perdieron un buen porcentaje de posibilidades de revalidar título.
Nos plantamos así en la visita de la 88-89, cuando solo se cumplía la 6ª jornada de las 34 de la Serie A, en una algo lluviosa tarde de noviembre. Y el resultado, y el partido, fueron espectaculares: 3-5, un destrozo antológico a favor del Napoli y protagonizado por el brasileño Careca, autor de tres goles. Quizá fue el partido más recordado del delantero paulista con la casaca napolitana.
Pero en general fue un encuentro vibrante, y hubo que luchar la victoria. El Napoli se puso 0-3 al descanso (gol de Carnevale y doblete de Careca), pero la fiera reaccionó y se colocó 2-3 en el 55 (Galia y Zavarov). Tres minutos después, Careca hizo el 2-4; De Agostini descontó en el 77 (3-4). Y el líbero Renica estableció el 3-5 de penalti, cerca ya del final.
¿Renica, lanzador desde los once metros? Sí, uno de los pocos partidos de Maradona donde el penalti lo tiraba otro, pero por una buena razón: cojo de las dos piernas, Diego fue sustituido en el 82, y se desgañitó animando a los compañeros desde el banco. Antes de eso, hizo un buen partido pero no de videoteca, administrando el balón y apoyando a los demás. Aun así, fue importante en ese 3-5 absolutamente imborrable.
¡Dentro vídeo!
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